
Estos animales se llaman Lepismas, pececillo de plata o sardinetas, y están en la Tierra hace tanto tiempo que vieron aparecer y desaparecer a los trilobites, los Dunkleosteus, al mismísimo Hurdía Victoria, al conocido T-Rex y hasta nuestros antepasados como el Australopithecus.
Este animalillo prehistórico es un insecto sin alas y tiene una longitud, sin incluir sus extremidades, de cerca de un centímetro.
Su brillo metálico del cuerpo se debe a sus escamas plateadas, que aparecen después de su tercera muda.
Vive en lugares húmedos y oscuros, más frecuentemente en edificios viejos, o entre libros y papeles en las casas.
Conducido por su hambre, un pececillo de plata puede incluso darse un capricho con ropa de piel (cuero) y tejidos hechos con ciertas fibras artificiales. Sin embargo, como muchos insectos, es capaz de interrumpir su actividad vital durante varios meses sin sufrir daño apreciable.
Su máximo depredador es el conocido vulgarmente tijereta o cortapichas, también las arañas y algunos tipos de ciempiés.
En fin, yo personalmente considero que ver este animal es todo un privilegio y un regalo, además es inofensivo para el hombre (no como las cucarachas), y me resultan graciosos cuando al encender la luz se detienen o corren hacia los recovecos pequeños y oscuros del baño... Posiblemente ha sido así (escondiéndose y buscando comida a oscuras) como han sobrevivido a tantos depredadores, a tantos cambios climáticos, a tantas catástrofes, guerras y a tantos años. Así que la próxima vez que veas uno y vayas a pisarlo, piensa que este es un animal prehistórico.