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Quetzalcoatlus.


Unos de los primeros animales que pusimos en el blog fueron los grandes Azhdárquidos. Enormes pterosaurios (reptiles voladores) con una envergadura alar de 10 metros. Pues bien, ahora conoceremos el mayor pterosaurio de todos... en verdad es considerado el mayor animal volador de la historia: el Quetzalcoatlus.

El Quetzalcoatlus fue, con diferencia el animal volador más grande. Por ejemplo, un condor actual alcanza los 3,3 metros, un albatros los 3,6 metros, un Argentinavis magnificiens llegaba a los 8 metros de envergadura, los grandes Azhdárquidos llegaban a los 10 metros ... pero el Quetzalcoatlus alcanzó los 15 metros. Y aunque investigaciones más actuales sugieren que llegaba a los 12 metros, sigue siendo el animal volador más grande de la historia.

La especie más representativa de este género es el Quetzalcoatlus northropi, un pterosaurio que, con un aspecto similar a otros pterosaurios, tenía un pico alargado, afilado y sin dientes. Con una pequeña cresta craneal y una altura de casi 5 metros cuando se colocaba de pie, un peso de 200 kg. Pensar que 200 kg es muchísimo para un animal volador, por ejemplo, el condor pesa 12 kg, por eso algunos expertos piensan que pesó bastante menos... unos 80 kg.


Las alas de este pterosaurio eran finas y membranosas, lo que significa que el vuelo requería unos factores muy precisos, empezando por que no estuviera lloviendo… El vuelo de los pterosaurios se basaba en el planeo por las corrientes de aire, por lo que es bastante difícil que los Quetzalcoatlus tuviesen un buen control de vuelo, o al menos no tan bueno como el de las aves actuales. Se ha sugerido que podría haber comido peces, volando cerca del mar, pero esta teoría es muy poco aceptada debido su gran tamaño, por lo que la teoría más acogida es que se alimentaba de carroña, introduciendo en los cadáveres su largo pico óseo. En tierra, el Quetzalcoatlus sería un animal torpe y lento.

Vivió en el cretácico superior (Maastrichtiano, hace cerca de 68–65.5 millones de años) en Norte América.

En fin, solo de imaginarme que un animal así estuvo viviendo sobre la Tierra me llena de fascinación y a la vez me acojona.

Pteranodóntidos y Azhdárquidos (pterosaurios)

Dentro de los pterosaurios, el gran orden de grupo de lagartos alados, podemos encontrar diferentes diseños evolutivos: algunos tenían crestas óseas, otros picos largos, otros picos cortos y con dientes, otros huesos fuertes que le impedían volar bien, etc...  Pero como sucede en el tema evolutivo, son las especies con características mejor adaptadas al entorno las que se adueñaron de los nichos ecológicos compitiendo y haciendo desaparecer todas las demás. Entre todas, dos familias fueron las que sobrevivieron: los Pteranodóntidos y los Azhdárquidos.

***Los Pteranodóntidos***, estos fueron los voladores por excelencia. Se piensa que pasaban gran parte de su tiempo activo en el aire y que se alimentaban de otros animales voladores, como insectos. Por eso sus patas era cortas y enclenques, no les hacían falta para volar, y fueron perdiendo su función biológica. Sería algo así como los vencejos actuales, que son capaces de hasta hacer el amor en el aire (bueno, igual no tanto).
Les desaparecieron los dientes y se les alargó el pico. Y aunque los huesos fueron perdiendo densidad y haciéndose menos pesados, tenemos que recordar que aun no podemos hablar de aves. El esqueleto era más similar al de los lagartos, el oído interno era como el de los lagartos, su cuerpo, en general no estaba cubierto de plumas sino de un raro pelo.
Dentro de esta familia podemos encontrar al Pteranodon, un dinosaurio volador con una cresta aerodinámica y con una envergadura de 6 metros.


***Los Azhdárquidos***, los dragones voladores. Estos son los que más me gustan, de hecho escribí una entrada completa sobre uno de ellos: el Quetzalcoatlus de 8 a 10 metros de envergadura.
Aunque también volaban, los Azhdárquidos no eran tan hábiles en el aire. Pasaban más tiempo en tierra y con sus largos picos (de 2 metros de largo) cazaban a cualquier bicho prehistórico que les pasara por su radio de alcance. Si antes hemos comparado a los Pteranodóntidos con vencejos, a los  Azhdárquidos los podemos comparar con gallinas. Las gallinas van por el corral merodeando y escarbando con las patas y picoteando a cualquier cosa que les parezca comida. Y aunque pueden volar, apenas lo hacen. 
La diferencia es que las gallinas miden 30 cm, y los  Azhdárquidos miden 6 o 7 metros, y si levantan el pico hasta 9 metros.
Cómo veis, estos podían ser los superdepredadores del cretácido superior (siempre que no se encontraran con T-Rex). Así que a los pobres Pteranodóntidos, más les valía no tocar mucho el suelo, sino querían vérselas con un Quetzalcoatlus.

Las dos familias coincidieron en tiempo y lugar. En Norteamérica hace de 68 a 65 millones de años, y se piensa que su desaparición se debió a la extinción masiva que acabó con el reinado de los dinosaurios a finales del Cretácico.