Lepismas, un animal prehistórico aun vivo.

A todos los amantes de los animales prehistóricos, nos gusta descubrir que, aunque no sea un Megalodón o un Oso de las Cavernas, podemos deleitarnos con la observación de un diminuto animal prehistórico aun vivo, un ser que no ha cambiado desde hace 400 millones de años y que para más gozo, es posible que los tengamos en casa.

Estos animales se llaman Lepismas, pececillo de plata o sardinetas, y  están en la Tierra hace tanto tiempo que vieron aparecer y desaparecer a los trilobites, los Dunkleosteus, al mismísimo Hurdía Victoria, al conocido T-Rex y hasta nuestros antepasados como el Australopithecus.

Este animalillo prehistórico es un insecto sin alas y tiene una longitud, sin incluir sus extremidades, de cerca de un centímetro.
Su brillo metálico del cuerpo se debe a sus escamas plateadas, que aparecen después de su tercera muda.

Vive en lugares húmedos y oscuros, más frecuentemente en edificios viejos, o entre libros y papeles en las casas.


Se alimentan de hidratos de carbono como el almidón, u otros polisacáridos. También pueden digerir celulosa, perforar textiles almidonados, azúcar, cabellos, caspa, suciedad y moho, libros, algodón, lino, seda, incluida seda artificial, e incluso insectos muertos o su propia exuvia (piel mudada) y también ácaros.
Conducido por su hambre, un pececillo de plata puede incluso darse un capricho con ropa de piel (cuero) y tejidos hechos con ciertas fibras artificiales. Sin embargo, como muchos insectos, es capaz de interrumpir su actividad vital durante varios meses sin sufrir daño apreciable.

Su máximo depredador es el conocido vulgarmente tijereta o cortapichas, también las arañas y algunos tipos de ciempiés.


En fin, yo personalmente considero que ver este animal es todo un privilegio y un regalo, además es inofensivo para el hombre (no como las cucarachas), y me resultan graciosos cuando al encender la luz se detienen o corren hacia los recovecos pequeños y oscuros del baño... Posiblemente ha sido así (escondiéndose y buscando comida a oscuras) como han sobrevivido a tantos depredadores, a tantos cambios climáticos, a tantas catástrofes, guerras y a tantos años. Así que la próxima vez que veas uno y vayas a pisarlo, piensa que este es un animal prehistórico.

Daspletosaurus.

TERRIBLE REPTIL CARNÍVORO. Ese fue el nombre que le pusieron a este dinosaurio, el Daspletosaurus. Este animal prehistórico fue otro Tyranosaurido de aspecto temible aunque un poco más pequeño que su primo el  famoso Tyranosaurio. Aun siendo más pequeño, este dinosaurio fue un superpredador que se situaba en la cima de la cadena alimenticia y, devoraba otros grandes animales como los Hadrosáuridos o algunos Ceratopsidae (con cuernos como el tricerátops) de varias toneladas.


Posiblemente, su nombre se deba a la impresión que quedó gravada en la retina de los paleontólogos que lo descubrieron: una enorme cabeza de 1 metro con 72 dientes aserrados, largos y afilados con heterodoncia (dientes especializados). Medía hasta 9 metros de largo y se estima que pudo haber llegado a casi los 4.000 kg.

Una cualidad a destacar de este depredador prehistórico fue su cuello robusto y unas patas fuertes (en comparación con otros tyranosauridos de un tamaño similar.

Las patas traseras fuertes le aportaban agilidad y rapidez en las carreras, además de una potencia de arranque y resistencia muy valiosa para perseguir a sus presas. Era realmente un carnívoro terrible y rápido.


En cuanto a la robustez de su cuello, fuerte para sujetar un cráneo efectivamente armado, su función era la de retener a su presa. Dado que sus patas delanteras eran mínimas y poco útiles, el Daspletosaurus se servía de su fuerte dentadura para atrapar y herir de muerte a su presa. Agarraba a su presa con una mordedura hincando los numerosos y afilados dientes y, retenía y soportaba las embestidas y los forcejeos de su presa gracias a su potente cuello.


El Daspletosaurus vivió en Norteamérica en el periodo Cretácico hace aproximadamente 75 millones de años.

En el siguiente vídeo se ve como un grupo de Daspletosaurus practican con éxito una cacería. (hasta 4.40 min)



Quetzalcoatlus.


Unos de los primeros animales que pusimos en el blog fueron los grandes Azhdárquidos. Enormes pterosaurios (reptiles voladores) con una envergadura alar de 10 metros. Pues bien, ahora conoceremos el mayor pterosaurio de todos... en verdad es considerado el mayor animal volador de la historia: el Quetzalcoatlus.

El Quetzalcoatlus fue, con diferencia el animal volador más grande. Por ejemplo, un condor actual alcanza los 3,3 metros, un albatros los 3,6 metros, un Argentinavis magnificiens llegaba a los 8 metros de envergadura, los grandes Azhdárquidos llegaban a los 10 metros ... pero el Quetzalcoatlus alcanzó los 15 metros. Y aunque investigaciones más actuales sugieren que llegaba a los 12 metros, sigue siendo el animal volador más grande de la historia.

La especie más representativa de este género es el Quetzalcoatlus northropi, un pterosaurio que, con un aspecto similar a otros pterosaurios, tenía un pico alargado, afilado y sin dientes. Con una pequeña cresta craneal y una altura de casi 5 metros cuando se colocaba de pie, un peso de 200 kg. Pensar que 200 kg es muchísimo para un animal volador, por ejemplo, el condor pesa 12 kg, por eso algunos expertos piensan que pesó bastante menos... unos 80 kg.


Las alas de este pterosaurio eran finas y membranosas, lo que significa que el vuelo requería unos factores muy precisos, empezando por que no estuviera lloviendo… El vuelo de los pterosaurios se basaba en el planeo por las corrientes de aire, por lo que es bastante difícil que los Quetzalcoatlus tuviesen un buen control de vuelo, o al menos no tan bueno como el de las aves actuales. Se ha sugerido que podría haber comido peces, volando cerca del mar, pero esta teoría es muy poco aceptada debido su gran tamaño, por lo que la teoría más acogida es que se alimentaba de carroña, introduciendo en los cadáveres su largo pico óseo. En tierra, el Quetzalcoatlus sería un animal torpe y lento.

Vivió en el cretácico superior (Maastrichtiano, hace cerca de 68–65.5 millones de años) en Norte América.

En fin, solo de imaginarme que un animal así estuvo viviendo sobre la Tierra me llena de fascinación y a la vez me acojona.