LONGISQUAMA

Longisquama insignis Sharov, una especie de reptil antiguo, un diápsido con cráneo de avicéfalo (con cabeza de ave), de pequeño tamaño, de unos 10 cm de largo y unos 25 cm de alto teniendo en cuenta las características plumas de su espalda. De hecho, su nombre Longisquama insignis significa literalmente "pequeño reptil de escamas largas".



Vivió en lo que ahora es Mongolia hace 230-225 millones de años, en el Triásico en la era del Mesozoico. Si nosotros hubiéramos vivido en esa época, por supuesto que no se nos hubiera ocurrido imaginar que iban a aparecer animales voladores, nunca pensaríamos que la evolución "fabricaría" animales animales que pudieran volar. Lo que quiero decir con todo esto es que la evolución a las primeras aves aun tardarían miles de años. De hecho, los dinosaurios empezaban a surgir justo en este momento.

La controversia:

La opinión general es que las aves vienen de los terópodos, un grupo de dinosaurios donde encontramos al Tiranosaurus Rex o al Velociraptor. La idea es que las primeras plumas surgieron para mantener el calor corporal, más tarde sacaron mayor provecho los dinos arborícola ya que les permitían planear y por tanto desplazarse a las ramas más altas, a los frutos más alejados y escapar más rápidamente de sus depredadores. Le evolución lógica de esto es que de planear, se pasara a lo largo de miles de años a conseguir volar aunque al principio de manera torpe y con demasiado consumo de energía.

terópodos vs terópodos

Aquí entra el Longisquama insignis Sharov, este crea una gran duda, una discusión que lleva más de 30 años sin resolverse.

Primero, los terópodos eran dinosaurios, pero parece ser que una mayoría de expertos consideran que el Longisquama no era un dinosaurio, era un antiguo reptil, un arcosaurio. Por tanto, según algunos datos, se llegó a considerar que las aves no vienen de los terópodos, sino es una rama de los arcosaurios, como los cocodrilos.
Para salvar la gran contradicción que existe ante esto, algunos piensan que el Longisquama insignis Sharov es otro dinosaurio, y lo quieren incluir como su predecesor. Y otra posibilidad es que el Longisquama mantiene cierta relación con pterosaurus. Así podría cuadrar todo....

Pero la verdad es que no cuadra nada, y las tres bandos tienen algo de razón.

A) Por una parte los que consideran que las aves vienen de los dinosaurios y el Longisquama no tiene nada que ver con ellos y sus plumas se han dado de manera espontánea sin repercusión evolutiva.

B) Los que incluyen al Longisquama como un dinosaurio para que sea un antecesor de las aves. Claro, tenemos que tener en cuenta que:
Primeramente su cráneo guarda cierta similitud con las de aves, de ahí su nombre de avicéfalo.
Posee plumas o parecidas a las protoplumas de las primeras aves/reptiles
La colocación de las plumas asemeja al patrón de otros reptiles planeadores como el Draco, que con un movimiento de su espalda se alinean las plumas y se convierte en planeador. No teniendo solo una función de abrigo.

C) Y por último los que se le considera como un miembro de los pterodáctilos y que las aves vienen de estos...
Realmente la última teoría es la menos aceptada porque existen ejemplares como el velociraptor o el Archaeopteryx que son dinosaurios y que ya presentan plumas en las alas y hasta en la cola, de hecho se hace disficil distinguir un Epidendrosaurus. No obstante guarda cierta lógica que es que fueron los primeros saurios voladores, bastante ligeros y algunos contaban con plumas.

Archaeopteryx

En fin, la verdad es que es difícil meter en la historia evolutiva, un animal que vivió hace 230 millones de años.... aunque sea a la fuerza.

GASTONIA BURGEI


De la familia de los ankilosauridos (los que se protegen bajo una armadura osea, literalmente lagarto acorazado), podemos destacar al Gastonia Burgei. Un herbívoro cuya característica física más notable era su enorme armadura que protegía la parte posterior del cuerpo y el cuello y que sirve como indicativo para saber su línea evolutiva. Un armazón, una hilera de espinas y protuberancias que hacían imposible hincar el diente a sus depredadores. Además trabajaban en manada, y frente a un depredador se unían formando filas infranqueables que recuerda a los búfalos cafres frente a los leones.

Por las características de la excavación donde se encontraron los huesos fosilizados, no se sabe exactamente el número de espinas que poseía. Lo que sí se sabe es que algunas llegan a los 50 cm de longitud, por tanto, los depredadores debían tener muuuucho cuidado en no toparse con estos cuernos si no querían perder un ojo, o se les clavara hasta el mismo corazón o pulmones.


De hecho, su único punto débil era la panza, para ello , el depredador debía girarlo para así llegar a una zona sin protección. Algo que resulta muy difícil ya que el Gatonia era un animal con un centro de gravedad muy bajo y con un peso de más de una tonelada. Una longitud de hasta 5 metros de largo y con una cola de más de 2 metros que utilizaba como si fuera un látigo y que de un simple golpe de la cola, era capaz de tumbar a su depredador.

Encontramos entre sus depredadores al Utahraptor, que por su nombre ya intuimos que se encontraba en Utah, en Estados Unidos. Y es que el Gastonia vivió sobretodo en lo que hoy es Norteamérica y Europa durante el período Cretácico, hace aproximadamente 125 millones de años.


Una curiosidad sobre el Gastonia. El orden filogenético de este animal prehistórico es el Ornithischia. Este animal, que destaca por su musculatura, robustez y por ser masivo y pesado, comparte una cadera similar a la de las aves, ornitheos que significa ave y ischion por cadera. Pero esta similitud no significa nada, es solo superficial ya que las aves provienen del orden Saurischia