Rhamphosuchus


Hace meses hablamos de uno de los cocodrilos más grandes de la historia y de la prehistoria juntas. Nos referimos al Deinosuchus , un cocodrilo que medía entre 12 y 15 metros de largo, que vivió en el Cretácico y que cazó dinosaurios entre otras presas.

El cocodrilo que os presento hoy es posiblemente el cocodrilo más grande de la historia. Un cocodrilo con un tamaño que podría llegar a medir hasta 18 metros. (Hay diversidad de opiniones sobre el tamaño, algunos expertos afirman que media hasta 18 metros y otros 15... en todo caso sería uno de los cocodrilos más grandes.) Se llama Rhamphosuchus y al igual que los otros cocodrilos, actuales y extintos, esperaba al acecho en las orillas de ríos hasta que sus presas se acercaban a beber y entonces... ZAS!. Un bocado mortal, una mordedura fatal que cuando atrapaba a su presa no soltaba hasta que dejaba de respirar.

Entre sus presas podríamos haber encontrado un Platybelodon, un antepasado del elefante, un Anisodon e incluso un homínido antepasado nuestro como el Gigantopithecus, el mono más grande de la historia.

Un Platybelodon, un antepasado del elefante, de 2 metros de altura y más de 2 toneladas que aun con su enorme peso y fuerza, nada podía hacer contra este cocodrilo de 10 toneladas, una boquita de casi 2 metros, 18 metros y una de las mordeduras con más presión de todo el reino animal (casi nada).

Vamos, todos los animales, sean herbívoros o carnívoros, presas o cazadores, temblaban ante la presencia cercana de este gran monstruo, de este gran superpredador.

Por último, la especie de la familia de los Rhamphosuchus, es el Rhamphosuchus Crassidens.

Un poco de prehistoria.

Todo el mundo conoce la parte de la prehistoria en la que cuenta que desaparecieron los dinosaurios hace unos 65 millones de años. Pero poca gente conoce otra historia aun más fascinante y de una importancia mayor para lo que supone la vida en la tierra, pero en especial y más concretamente, para nosotros los humanos. No fue un hecho aislado, sino una cadena de acontecimientos, una lucha entre fuerzas evolutivas, entre seres prehistóricos que finalizó con un único vencedor, nuestro antepasado......... Empieza la historia:

Hace 500.000.000 años.


Hasta la fecha la vida en los mares prehistóricos, mares anteriores al inicio del periodo Cámbrico,
estaba formada por criaturas unicelulares o multicelulares (muchas células pero todas iguales) de cuerpos blandos, los cuales obtenían su alimento filtrando el agua a su alrededor, o se alimentaban de las alfombras bacterianas (densas colonias de bacterias) del fondo oceánico.

No quiero entrar en detalles pero en ese momento dió lugar un acontecimiento muy importante, lo que se conoce como Explosión cámbrica, diré que es a partir de esta fecha (500 mill de años) cuando aparecen los tres filos madre que darán lugar a todas las demás especies que conocemos y que, su interacción entre ellos, configurará, la situación actual: los artrópodos, los moluscos y los vertebrados (el grupo al que pertenecemos).

Pues bien, en aquel tiempo, la vida fuera de los mares era desconocida, y los mares y océanos de entonces estaban habitados por seres de formas extrañas como los famosos trilobites y otros menos amables como el Anomalocaris (imagen izquierda) o el Hurdia Victoria (estos últimos eran los superpredadores de la época). Estas tres especies formaban parte del grupo de artrópodos. El grupo dominante y más numeroso que reinaba sobre los moluscos (que por su variedad eran insignificantes) y sobre los vertebrados.

De hecho, los vertebrados del cámbrico eran de un tamaño reducido y de poca importancia. Por ejemplo, mientras el Hurdía Victoria llegaba a los 50 cm o el Anomalocaris hasta un metro, el
representante de los vertebrados más numeroso que era el Pikaia (imagen de la derecha) , no superaba los 5 cm de
longitud. Vamos, que nuestro antepasado era una verdadera miniatura en tierra de titanes.

El pikaia, nuestro antepasado, era alargado, pequeño, ligero por tener una columna vertebral en vez de caparazón pero también era presa de los grandes artrópodos. Se dedicaba a esconderse entre las guarderías de los artrópodos y comer los desechos y los restos de las presas que dejaban los grandes depredadores acorazados, eran principalmente carroñeros.

Nada parecía que iba a cambiar, los artrópodos dominarían la tierra y los mares durante los milenios, comiendo y dejando diezmados a los vertebrados, reduciendo así la posibilidad de que no solo nuestra especie, sino también las aves, los dinosaurios, los peces y otros mamíferos, pudieran aparecer en un futuro. Pero las condiciones cambiaron.

Hace 450.000.000 años.


A finales del periodo Ordovícico ( el siguiente periodo al Cámbrico) se produjo la segunda mayor extinción de la vida en la historia de la Tierra, eliminando un 85% de las especies.


Una era glaciar a nivel global que congeló océanos y mares y
los cubrió con un manto de 800 metros de hielo y nieve tuvo consecuencias catastróficas para la vida de esta época. La falta de luz y el frío intenso fueron acabando con las especies más grandes y más especializadas, osea con los artrópodos. Esto dio lugar a que los otros dos grupos (vertebrados y moluscos) pudieran desarrollarse: Los vertebrados evolucionaron y aparecieron mayores carroñeros como por ejemplo los conodontos ( de unos 10 cm, imagen derecha). Pero no fueron los vertebrados los que subieron al puesto de grupo dominante, sino los moluscos. La supremacía de los vertebrados se vio truncada otra vez pero en este caso por los grandes moluscos.

Ahora los superpredadores eran grandes moluscos como el Ortocono (imagen izquierda) y nautiloideos. Y estos dominaron a los demás grupos hasta que se dio otro paso más, un gran salto en el camino de la evolución: los artrópodos salieron a tierra firme.

En tierra firme no tenían ningún depredador, y con el tiempo aprovecharon esta oportunidad para desarrollarse y multiplicarse. Se hicieron fuertes y grandes y volvieron a los mares a reconquistarlos. Y lo consiguieron. Los artrópodos más importantes fueron Jaekelopterus rhenaniae y antepasados de escorpiones gigantes como el Pulmonoscorpius.

Con el tiempo, el paso que les dio la ventaja a los artrópodos sobre moluscos y vertebrados (salir a tierra) sería también el error fatal que acabaría con ellos.

Hace 375.000.000 años.

Poco a poco, en el transcurso de los milenios, los vertebrados fueron saliendo a tierra, una tierra que se estaba poblando con una cantidad de plantas que ayudaron a oxigenar la atmósfera y producía las condiciones adecuadas para que nuestros antepasados se desarrollaran.

Los moluscos hacia siglos que habían vuelto a un segundo plano. En cambio, en tierra, los vertebrados podían desarrollarse más que los artrópodos y empezaban a sobrepasar el tamaño, la fuerza o la agilidad de los artrópodos. La última batalla estaba a punto de empezar.

Por una parte estaban los artrópodos, eran fuertes pero tenían una debilidad: sus armaduras exteriores. Estas tenían que crecer mientras el animal crecía. Si el animal se hacía muy grande la armadura también, y por tanto el peso del animal aumentaba. Podía pesar tanto que llegaba un momento que era contraproducente en sentido evolutivo. Como máximo, podían llegar a un tamaño de 3 metros.

Por la otra parte estaban los vertebrados, nuestros antepasados. Animales que podían aumentar de tamaño sin llegar a hacerse demasiado pesados para mantenerse. Los vertebrados, gracias a su diseño, su columna vertebral, podían adaptarse mejor, desarrollarse mejor, evolucionar más... y todo ello sin convertirse en tanques pesados.

Hace 250.000.000 años.

El reinado de los artrópodos se acabó para siempre. Y gracias a esto, aparecieron los dinosaurios, las aves, peces... y... nosotros: LOS SERES HUMANOS.