Shonisaurus sikkanniensis.



Los Ictiosaurios fueron grandes reptiles marinos con un aspecto entre pez y delfín. Fueron reptiles, que a través de la evolución y los siglos, volvieron al agua. Tal y como hicieron las ballenas y los delfines, mamíferos que regresaron al mar principalmente en busca de alimento.

Dentro de los Ictiosaurios, están los Shonisaurus sikkanniensis. Una especie que es posiblemente el reptil marino más grande hasta ahora descubierto. Aunque de apariencia poco intimidadora, su tamaño le permitía devorar a criaturas grandes y temibles como calamares y peces gigantes y también otros reptiles de menor tamaño.

Su boca era de tres metros de larga (similar al liopleurodon ) y el tamaño de su cuerpo se estima en 21 metros. Otro animal emparentado con el Shonisaurus sikkanniensis fue el Shonisaurus popularis con 15 metros de largo. Pero centrémonos en el S. Sikkanniensis.

Tenía un cuerpo entre ballena y delfín , pero no olvidemos que era un reptil. Sus aletas eran enormes, sus huesos también (las costillas llegaban a medir más de 3 metros) y su peso podía llegar a 40 toneladas fácilmente.
Por cierto, vivían en el Triásico.




Curiosidad: La mayoria de sus fósiles se han encontrado en las Montañas Shoshone a una altitud de unos 7000 metros sobre el nivel del mar.

Hurdia Victoria.

Cuanto más retrocedemos en el tiempo, los animales prehistóricos son más raros, más singulares y peculiares a nuestros ojos. Primeras adaptaciones, pruebas y experimentos de la evolución que se reparte y se ramifica, siendo las personas solo una hoja de una ramita de ese árbol.... o menos.
Hace 500 millones de años, durante el Cámbrico, apareció en los mares y océanos un ser verdaderamente raro, parecido a un calamar pero con dientes , más grande y agallas fuera del cuerpo para poder recoger más fácilmente el oxigeno del agua y moverse más rápido. Se trata del Hurdia Victoria. Familiar cercano al Anomalocaris y similar en muchos aspectos.

El Hurdia Victoria fue un gran depredador de su tiempo, devoró a multitud de especies con modelos anatómicos básicos y dominó los mares y océanos así como las criaturas de su época. Hay que tener en cuenta que durante su aparición se dio la Explosión Cámbrica y muchas especies nuevas iban apareciendo y dando sus primeros pasos sobre aguas peligrosas y antiguas.
¿Y cómo era el Hurdia Victoria? Pues bien, este animal prehistorico que es considerado un antecesor de los artrópodos, el gran grupo que abarca insectos, crustáceos, arañas, miriápodos y quilópodos; podía medir unos 50 cm, algo gigante en comparación con la mayoría de animales de la época.

Su cabeza tenía un par de garras espinosas (apéndices), que ayudaban a transportar los alimentos a su boca, parecida a una rodaja de piña. Tenía un hueco en la protuberancia puntiaguda de la parte delantera de su cabeza, aunque la función de este órgano sigue siendo desconocida, ya que no pudo haber sido de protección porque no hay tejido blando subyacente. Tenía lóbulos a lo largo de los lados del tronco, de los cuales se suspendían las grandes branquias.

Depredador y carroñero (se supone) es considerado por los expertos como el Tiranosaurus Rex del Cámbrico.