EPIDENDROSAURUS

A estas alturas, ya sabemos que la transición de reptiles a aves, se produjo gracias a algunos pequeños terópodos, cazadores que saltaban de rama en rama de forma ágil y rápida para poder echarse sobre su presa. Cada vez más ligeros y más ágiles, fueron aquellos que tenían protoplumas los que más saltaban, los que llegaban a las ramas más lejanas y por tanto a más presa. Hasta que de un salto, se pasó a planear... el paso previo a volar como las aves.

Uno de los ejemplos más claros de estos animales prehistóricos, con características de aves pero sin llegar a serlo fue el Epidendrosaurus, cuyo nombre quiere decir "lagarto sobre las ramas". Es un pequeño terópodo maniraptor (mano de ladrón), un taxón cuya característica principal es la de los dedos muy largos y curvados... una característica que les servía para agarrarse a las ramas de los árboles.

Pero no penséis que el cambio de reptil a ave fue linealmente que siguió un camino recto y sin errores. La evolución experimentó y aparecieron especies que lograron sobrevivir durante decenas de miles de años y otras que no y de las cuales tampoco tenemos restos. Pero el Epidendrosaurus tuvo cierto éxito. De hecho, este animal prehistórico vivió después de las primeras aves y miles de años después de la primera ave de la que se tiene conocimiento el Archaeopteryx, esto quiere decir que aun la evolución seguía experimentando y exprimiendo las características que condicionaban a los animales, aun aparecieron reptiles alados casi voladores cuando ya las aves habían aparecido. De los pocos fósiles encontrados, se ha descubierto que en las patas y en la cola tenía marcas de ligeras plumas, algo similar a las del Microraptor (otro pequeño ladronzuelo).

Si lo viéramos ahora, nos parecería más un pájaro que un reptil, si nos fijáramos veríamos que no tiene pico, sino una diminuta boca repleta de pequeños y afilados dientecitos adecuados para la caza de pequeños reptiles, insectos e incluso mamíferos despistados que fueran trepando por las ramas de los árboles de finales del Jurásico. Nos parecería un ave pequeña, se piensa que no fue más grande que una paloma. Los únicos huesos encontrados son de ejemplares jóvenes y sus esqueletos son igual de grandes que los gorriones.

Existen muchas representaciones del  Epidendrosaurus, yo he colocado las que considero más acordes a su descripción:







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